Como había dicho el otro día, había varias cosas pendientes sin hacer en las que me ocuparía si encontraba tiempo en este aislamiento físico y psicológico en el que estamos. Me había propuesto cambiar el disco que contiene /home en mi ordenador. He mirado los recibos y compré un SSDV-NAND SSD 860 QVO SATA 6Gb/s de 2 TB el 19 de noviembre de 2019, hace 4 meses y medio. Estaba esperando a la liberación de Fedora 32, pero he estado pensando que ahora dependemos del teletrabajo, así que probablemente no instale Fedora 32 hasta que pasen unos dos meses de su salida, cuando esté más estable y con menos necesidad de "pulido". Además, el equipo funciona perfectamente y tiene todo lo que necesito, y la instalación limpia siempre lleva a que la primera semana estemos añadiendo cosas que nos hemos olvidado de incorporar en la lista de instalación inicial. De esta manera, cuando se libere el nuevo Fedora, simplemente actualizando en unos 60 a 90 minutos estará todo preparado. Al terminar de trabajar la noche anterior, para hacerlo lo más rápido posible y perdiendo poco tiempo de trabajo, extraje el disco home —mi equipo tiene todos los magnéticos en posición frontal para sacar incluso en caliente, aunque en mi caso no es posible, ya que forman todos parte del equipo—; era ese hueco que queda arriba, ya que están colocados por orden sdb, sdc, sdd y sde. El sda es otro sólido que es el sistema y está fijo en posiciones inferiores.
Ahora había que clorar el disco. Siempre se podría haber acudido al raspbeerypi que preparé ayer y clonar con una orden dd, pero por suerte tengo una caja lectora de discos duros SATA modelo TOOQ TQDS-802B, que permite clonar un disco sobre otro sin usar un ordenador; ya la he usado más veces. Funciona perfectamente, clona rápidamente —siempre con el cuidado de poner el origen en A y el destino en B, o adios muchachos, todo perdido—, como vemos en la foto; se aprieta el botón frontal unos segundos, y corren los colores hasta que termina.
Por la mañana ya esta el nuevo SSD clonado (luces estáticas). Lo inserto en el ordenador, y yo estaba esperando tener que editar fstab, ya que teóricamente ha cambiado el UUID que define el disco y el sistema en teoría, no debería arrancar, como aquí.
Sorprendentemente, arrancó a la primera, como si no hubiera pasado nada; bueno, en mi opinión arranca más rápido, ya que la lectura de la configuración la tiene que hacer en /home/usuario, donde está todo anotado, y tarda unos segundos menos. Otro cambio es el sonido del equipo, que ha disminuido. Ahora mismo aun tiene 3 discos magnéticos, pero dos son de almacenamiento de lo que ya está terminado, modelos WD Red 8TB, a 5400 rpm, que no hacen demasiado ruido y queda aun un WD Green 4TB a 7200 rpm, donde mantengo lo del intercambio de pares. Simplemente se nota un cierto silbido en el ambiente.
Respecto al comportamiento, sí que puedo recomendar cambiar los discos de trabajo a SSD, no solo el del sistema, si no también el /home, para aquellos que tengan discos diferentes para cada función. Respecto al almacenamiento, en mi caso cambiar 20TB que dispongo es prohibitivo, ya que los discos sólidos de 4TB están cerca de 500€, y los de 8TB suben de ese precio en marcas poco conocidas y mucho más si nos fijamos en WD, Sandisk o Samsung. En resumen, bueno, bonito y fácil —lo de barato es relativo, ya que me compré el disco en una oferta de esas de amazon de compra en 4h59 minutos o despídete de este precio y no me quejo—. El equipo, el sistema y el usuario lo agradecen pero el cambio total a sólido aun va a tardar.
PD. Y de paso, desmonté alguna cosa, hice hueco y le pasé la aspiradora por dentro al equipo, que esta algo polvoriento. Por suerte, no fumo, y el polvo no se adhiere a la "machina".
PDD. Ahora queda libre un WD Black, con 7 años de uso ininterrumpido 24x7. Habría que darle un retiro respetuoso, pero con 2TB de volumen, poca utilidad puede tener. Eso si, cuando lo compré, costó más que su sustituto; de aquella eras un disco de servidor, y en que te has quedado...
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martes, 7 de abril de 2020
lunes, 22 de octubre de 2018
Cuando nos olvidamos de tune2fs...
Cada vez que compramos un disco duro y lo formateamos para nuestro uso no debemos olvidarnos de revisar como se distribuye su espacio, por que el sistema operativo puede estar "sisándonos" parte del espacio. Cada vez que formateamos a ext4 un disco, reserva un 5% para root; sí, ese que solo es necesario de vez en cuando. Solo es necesario mantener una parte del disco para root en el disco de sistema; los demás no necesitan darle medio diezmo al administrador, y muchas veces nos olvidamos. Y lo digo por que yo me he olvidado en las últimas adquisiciones, como descubrí el otro día. Pero no hay que preocuparse, tune2f nos lo soluciona, como ya había señalado aquí y aquí y luego olvidado.
Para estar seguros, primero comprobamos como se distribuye el disco tras su formateo:
su -c 'tune2fs -l /dev/sdxn' # o sudo para los amantes del riesgo
y buscamos:
...
Block count: x # Según en disco
Reserved block count: 1/5 x # Seguro que no da cero
...
Ejemplo para disco sistema 256GB:
Block count: 244190456
Reserved block count: 12209522
Si es así, podemos aplicar la medicina
su -c 'tune2fs -r 0 /dev/sdxn' # -r reserved-block-count
o
su -c 'tune2fs -m 0 /dev/sdxn' # -m reserved-block-percentage
El valor x depende según la identificación del dispositivo (a, b, c...) y n según la partición, lo que vuelve a cero los bloques reservados. En el caso de ser un disco de sistema debemos dejar algo para root, para evitar que en algún momento el disco pueda quedar sin espacio y el sistema no pueda escribir los ficheros log. Es decir, hay que mantener un porcentaje razonable en función del tamaño de disco, que visto el tamaño de los discos de hoy, y aunque antes haya recomendado un 2%, creo que ahora con un 1% es más que se sobra.
No os olvidéis. Lo digo por que un 5% de los discos actuales es mucho espacio.
Para estar seguros, primero comprobamos como se distribuye el disco tras su formateo:
su -c 'tune2fs -l /dev/sdxn' # o sudo para los amantes del riesgo
y buscamos:
...
Block count: x # Según en disco
Reserved block count: 1/5 x # Seguro que no da cero
...
Ejemplo para disco sistema 256GB:
Block count: 244190456
Reserved block count: 12209522
Si es así, podemos aplicar la medicina
su -c 'tune2fs -r 0 /dev/sdxn' # -r reserved-block-count
o
su -c 'tune2fs -m 0 /dev/sdxn' # -m reserved-block-percentage
El valor x depende según la identificación del dispositivo (a, b, c...) y n según la partición, lo que vuelve a cero los bloques reservados. En el caso de ser un disco de sistema debemos dejar algo para root, para evitar que en algún momento el disco pueda quedar sin espacio y el sistema no pueda escribir los ficheros log. Es decir, hay que mantener un porcentaje razonable en función del tamaño de disco, que visto el tamaño de los discos de hoy, y aunque antes haya recomendado un 2%, creo que ahora con un 1% es más que se sobra.
No os olvidéis. Lo digo por que un 5% de los discos actuales es mucho espacio.
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jueves, 28 de septiembre de 2017
SSD en el portátil, ¿y qué hago con la grabadora?
Como ya he explicado alguna vez (ver aquí y aquí), no hay mejor cura de aceleración de un portátil que ponerle un disco sólido. En este caso necesito un portátil para dar algunas clases, y los dispositivos portátiles de los que disponemos en el departamento son antiguos, tienen "Güindous" y todos con discos magnéticos. Me han ofrecido una máquina bastante potente (Dell Latitude E5520, i5-2540M, con 4GB de RAM y disco duro WD Black Caviar de 320GB) que estaba arrinconado por los demás.
Lo primero fue hacer copia de seguridad, por si luego alguien reclama algo de él, y luego poner un SSD lo más pequeño y barato posible, para que cubra las nuevas necesidades pero a coste bajo. En concreto un Kingston SA400 de 120GB, d elos que me sobran 80GB, ya que se instalará de forma habitual; disco sólido sistema y una pequeña partición de swap (en este caso, ya que tiene poca RAM para mi gusto), y el magnético como /home/usuario. Esta modificación lleva el disco magnético al espacio de la grabadora (con adaptador para que se ajuste al espacio) y el SSD a donde estaba el magnético. Luego instalación de Fedora 26 y lo de siempre etc.
Sin embargo, queda un dispositivo víctima colateral de la operación, la GRABADORA. Como es conocido, en estos momentos es un producto en retirada, que casi no usamos, pero al que de vez en cuando tenemos que acudir para recuperar algún dato, extraer música, lo que sea. Es decir, no estaría mal recuperar la funcionalidad de este dispositivo para esos casos "raros" en que es necesario.
Como podemos ver, la conexión SATA no se ajusta la de un disco de 2,5'.
Solo se necesita un conector de 7 + 6 pines hasta USB (cable de la izquierda) y funciona perfectamente. Queda en el cajón hasta que haga falta.
Ningún ordenador más con lector de DVDs, ni siquiera los de sobremesa.
Lo primero fue hacer copia de seguridad, por si luego alguien reclama algo de él, y luego poner un SSD lo más pequeño y barato posible, para que cubra las nuevas necesidades pero a coste bajo. En concreto un Kingston SA400 de 120GB, d elos que me sobran 80GB, ya que se instalará de forma habitual; disco sólido sistema y una pequeña partición de swap (en este caso, ya que tiene poca RAM para mi gusto), y el magnético como /home/usuario. Esta modificación lleva el disco magnético al espacio de la grabadora (con adaptador para que se ajuste al espacio) y el SSD a donde estaba el magnético. Luego instalación de Fedora 26 y lo de siempre etc.
Sin embargo, queda un dispositivo víctima colateral de la operación, la GRABADORA. Como es conocido, en estos momentos es un producto en retirada, que casi no usamos, pero al que de vez en cuando tenemos que acudir para recuperar algún dato, extraer música, lo que sea. Es decir, no estaría mal recuperar la funcionalidad de este dispositivo para esos casos "raros" en que es necesario.
Como podemos ver, la conexión SATA no se ajusta la de un disco de 2,5'.
Solo se necesita un conector de 7 + 6 pines hasta USB (cable de la izquierda) y funciona perfectamente. Queda en el cajón hasta que haga falta.
Ningún ordenador más con lector de DVDs, ni siquiera los de sobremesa.
lunes, 3 de abril de 2017
El sistema no puede arrancar. UUID ha cambiado. Solución rápida
Me he encontrado en esta situación mientras instalaba alguna de las versiones Live de los sistemas en la entrada anterior. Cuando usamos Fedora Media Writer hay que estar atento de que dispositivo señala como diana; por ejemplo véase aquí.
En algún momento, más atento al café que a la ejecución de las órdenes, Media writer fijó su puntero en mi disco 5 (imagen anterior) y al dar la orden lo que hice fue "reparar" el disco duro, en vez de copiar la iso en el USB. El resultado fue que el disco fue formateado y cambió su UUID —identificador único universal—. La definición de las unidades en estos momentos no se hace simplemente mediante sda1..., sino que se identifican por ese identificador. Véase por ejemplo /etc/fstab en el ordenador donde estoy escribiendo:
El siguiente rearranque el sistema no pudo lanzar el escritorio gráfico y dejó una pantalla en texto sin arranque de sistema, ya que no era un disco externo, formaba parte del sistema.
Tenemos dos soluciones; la lenta y costosa en tiempo, aunque más sencilla, y la rápida, algo trabajosa, pero solucionable en unos minutos. La más lenta es instalar de nuevo el sistema manteniendo todos los discos sin formatear salvo el de sistema. La más rápida nos lleva a editar /etc/fstab.
Nunca me había atrevido a editar fstab por que estaba convencido que también tendría que editar grub, y todos sabemos que desde que tenemos grub 2 no se edita en ficheros de texto plano. Sin embargo la necesidad de recuperar rápidamente el ordenador me obligó a intentarlo. Dividamos la ejecución en partes:
1. Cuando aparece en la pantalla de arranque los diferentes kernels disponibles, que en Fedora suelen ser tres, debajo existe una posibilidad de entrar en recuperación. Elegimos esa posibilidad.
2. Nos lleva a una pantalla completamente en texto. Nos identificamos como administrador y ponemos su palabra clave.
3. Detectamos la nueva UUID de la unidad que ha cambiado. Para ello usamos el comando blkid
# blkid
que nos indica todos los UUID
y debemos apuntarlo a mano o hacer una foto con el teléfono. Existen formas de copiar un trozo de texto, pero son muy complicadas y suponen un esfuerzo excesivo para escribir 36 caracteres.
4. Editamos /etc/fstab. Estamos en un entorno de texto, así que no podemos usar gedit ni otros editores gráficos. Para los que dominen vi/m, adelante. Los demás podemos usar nano
nano -$ /etc/fstab
La opción -$ permite un "soft wrapping", una alineación "suave", lo que permite ver entera la línea aunque el ancho de la ventana sea menor. ¡Cuidado! Esta opción debe ir como la última o por separado si se usan más opciones —véase aquí—.
Cambiamos el UUID del dispositivo por el nuevo. Guardamos
5. Reinicio. Si todo va bien, listo. En mi caso, así ha sido.
Este caso particular se puede ampliar a cambios de discos. En concreto el sistema de esa máquina permite el cambio en caliente. Si queremos cambiar un disco interno identificado en el arranque podríamos aplicar este sistema para poder hacer cambios rápidos en minutos.
En algún momento, más atento al café que a la ejecución de las órdenes, Media writer fijó su puntero en mi disco 5 (imagen anterior) y al dar la orden lo que hice fue "reparar" el disco duro, en vez de copiar la iso en el USB. El resultado fue que el disco fue formateado y cambió su UUID —identificador único universal—. La definición de las unidades en estos momentos no se hace simplemente mediante sda1..., sino que se identifican por ese identificador. Véase por ejemplo /etc/fstab en el ordenador donde estoy escribiendo:
El siguiente rearranque el sistema no pudo lanzar el escritorio gráfico y dejó una pantalla en texto sin arranque de sistema, ya que no era un disco externo, formaba parte del sistema.
Tenemos dos soluciones; la lenta y costosa en tiempo, aunque más sencilla, y la rápida, algo trabajosa, pero solucionable en unos minutos. La más lenta es instalar de nuevo el sistema manteniendo todos los discos sin formatear salvo el de sistema. La más rápida nos lleva a editar /etc/fstab.
Nunca me había atrevido a editar fstab por que estaba convencido que también tendría que editar grub, y todos sabemos que desde que tenemos grub 2 no se edita en ficheros de texto plano. Sin embargo la necesidad de recuperar rápidamente el ordenador me obligó a intentarlo. Dividamos la ejecución en partes:
1. Cuando aparece en la pantalla de arranque los diferentes kernels disponibles, que en Fedora suelen ser tres, debajo existe una posibilidad de entrar en recuperación. Elegimos esa posibilidad.
2. Nos lleva a una pantalla completamente en texto. Nos identificamos como administrador y ponemos su palabra clave.
3. Detectamos la nueva UUID de la unidad que ha cambiado. Para ello usamos el comando blkid
# blkid
que nos indica todos los UUID
y debemos apuntarlo a mano o hacer una foto con el teléfono. Existen formas de copiar un trozo de texto, pero son muy complicadas y suponen un esfuerzo excesivo para escribir 36 caracteres.
4. Editamos /etc/fstab. Estamos en un entorno de texto, así que no podemos usar gedit ni otros editores gráficos. Para los que dominen vi/m, adelante. Los demás podemos usar nano
nano -$ /etc/fstab
La opción -$ permite un "soft wrapping", una alineación "suave", lo que permite ver entera la línea aunque el ancho de la ventana sea menor. ¡Cuidado! Esta opción debe ir como la última o por separado si se usan más opciones —véase aquí—.
Cambiamos el UUID del dispositivo por el nuevo. Guardamos
5. Reinicio. Si todo va bien, listo. En mi caso, así ha sido.
Este caso particular se puede ampliar a cambios de discos. En concreto el sistema de esa máquina permite el cambio en caliente. Si queremos cambiar un disco interno identificado en el arranque podríamos aplicar este sistema para poder hacer cambios rápidos en minutos.
domingo, 19 de marzo de 2017
Discos WD Elements 3.5. Apertura
Esta entrada es para aquellos que como yo conserven aun algo de "miedo" a abrir los dispositivos electrónicos. La verdad es que desde hace años he utilizado los discos de 3.5 pulgadas sin carcasa externa, ya que tengo en mis ordenadores una caja externa abierta que me permite conectar discos SATA, tanto de 3.5 como de 2.5 pulgadas, en el bus USB y poder manejarlos, añadirlos y quitarlos a mi gusto. Aun conservaba dos unidades WD Elements de 1 y 2,5TB y una SEAGATE de 3,5GB con carcasa externa. Es mucho más incómoda de usar; requiere un enchufe más, dos cables —alimentación y USB—, disponer de un USB libre a mano, en vez de empujar un disco y encender con un botón. Así que hoy me decidí a abrir la caja Elements del disco de 1TB —siempre los exprimentos con gaseosa—. Existen muchos vídeos en la red, y en el primero ya me di cuenta de como son los enganches las cajas Elements. Para hacerlo más simple, solo es necesario saltar los enganches por la parte inferior, preferiblemente por delante para no dañar la placa electrónica SATA de conexión con el disco, con la ayuda de un destornillador plano fino
y luego simplemente ir empujando con una tarjeta cualquiera de identificación, sin chip, no vayamos a estropearlo y que no nos importe doblar. Los siguientes enganches van saltado fácilmente —más fácil que en ese vídeo que he señalado—. Los conectores son simples y se extrae el disco muy fácilmente tirando de las gomas de enganche en la parte anterior.
Sale el disco con la placa. Se desatornilla la fijación y listo. Recomiendo conservar la placa, ya que sirve de conexión para un disco de 3.5 pulgadas si en un momento dado necesitamos leer algo de un disco que tengamos por ahí, si no disponemos de otra forma.
Eso supone también disponer de un cable de alimentación con transformador para disco duro (12V, 1-2A de salida) y un cable USB adecuado, que en este caso supone un conector USB Mini B 5 pin macho, para unir la placa con el ordenador, y que suele ser el conector habitual de discos duros anteriores a las cajas de USB 3.
Otra curiosidad que tenía era saber si los discos Elements son Caviar Green o Blue. Para los que tengan la misma curiosidad, son WD Caviar Green. Ah! ademas nos ahorramos de pagar por la carcasa, que es también importante. Una última ventaja; los discos sin carcasa ocupan mucho menos sitio, y son más fáciles de almacenar.
y luego simplemente ir empujando con una tarjeta cualquiera de identificación, sin chip, no vayamos a estropearlo y que no nos importe doblar. Los siguientes enganches van saltado fácilmente —más fácil que en ese vídeo que he señalado—. Los conectores son simples y se extrae el disco muy fácilmente tirando de las gomas de enganche en la parte anterior.
Sale el disco con la placa. Se desatornilla la fijación y listo. Recomiendo conservar la placa, ya que sirve de conexión para un disco de 3.5 pulgadas si en un momento dado necesitamos leer algo de un disco que tengamos por ahí, si no disponemos de otra forma.
Eso supone también disponer de un cable de alimentación con transformador para disco duro (12V, 1-2A de salida) y un cable USB adecuado, que en este caso supone un conector USB Mini B 5 pin macho, para unir la placa con el ordenador, y que suele ser el conector habitual de discos duros anteriores a las cajas de USB 3.
Otra curiosidad que tenía era saber si los discos Elements son Caviar Green o Blue. Para los que tengan la misma curiosidad, son WD Caviar Green. Ah! ademas nos ahorramos de pagar por la carcasa, que es también importante. Una última ventaja; los discos sin carcasa ocupan mucho menos sitio, y son más fáciles de almacenar.
jueves, 26 de noviembre de 2015
DD con errores, actualización de la BIOS y otras tribulaciones
He tenido varios problemas en cadena desde la instalación de Fedora 23, aunque la culpa no es del sistema. En esa instalación había introducido un quinto disco para que funcionara como contenedor de un conjunto de ficheros "persistentes" que no cambian nunca y solo van aumentando. Eso permitiría liberar parte del disco espejo que es la primera copia de seguridad. Para ello, en vez de comprar un disco nuevo, había recurrido a uno de los que voy desechando y están en los cajones, olvidados. Pues ese disco (WD Caviar Green 1,5TB; 5 años de uso intenso hasta ser abandonado) empezó a dar el primer problema; primero cambiaba aleatoriamente a "solo lectura" hasta que terminó mostrando un sector erróneo y no poder ser detectado por el sistema.
Eso supone que el Fedora no arranca por que no encuentra el disco que espera encontrar.
Para evitar el problema reinstalé de nuevo Fedora con otro disco sustituto (otro desechado; Caviar Black 1,5TB, antes sistema en un ordenador, ahora sustituido por un disco sólido). Y aquí surge el segundo problema. El sistema no encuentra el disco de arranque, y había que entrar el en menú de arranque y señalárselo cada vez que reiniciamos la máquina.
En la placa madre Intel DZ77BH-55K se habían descrito algunos problemas con los discos duros, así que comprobé que versión de BIOS estaba instalada; era la versión 57 de 2012, siendo la última disponible la 100 de finales de 2013. Bien, cambié la BIOS. Y eso nos lleva al tercer problema. A pesar de que la máquina había señalado que el cambio había sido correcto, no arrancaba, daba una serie de pitidos y quedaba con una pantalla en negro que no decía que hacer. Cambio de monitor y cable de señal y unos dedos mejores que los míos consiguieron reparar la instalación de la BIOS y todo vuelve a la normalidad... relativamente. Como Fedora se había instalado de nuevo, hubo que preparar los repositorios, incluir las aplicaciones de uso común (más fácil si seguimos a xenode), inhabilitar otra vez el VGA1 inexistente pero molesto,
habilitar las teclas mágicas, conectarme a Dropbox, activar mis cuentas para poder disponer de drive en nautilus... Es decir, entre una cosa y otra, de jueves a lunes perdiendo el tiempo en todas estas cosas.
¡ESTO ES DIVERSIÓN!
Eso supone que el Fedora no arranca por que no encuentra el disco que espera encontrar.
Para evitar el problema reinstalé de nuevo Fedora con otro disco sustituto (otro desechado; Caviar Black 1,5TB, antes sistema en un ordenador, ahora sustituido por un disco sólido). Y aquí surge el segundo problema. El sistema no encuentra el disco de arranque, y había que entrar el en menú de arranque y señalárselo cada vez que reiniciamos la máquina.
En la placa madre Intel DZ77BH-55K se habían descrito algunos problemas con los discos duros, así que comprobé que versión de BIOS estaba instalada; era la versión 57 de 2012, siendo la última disponible la 100 de finales de 2013. Bien, cambié la BIOS. Y eso nos lleva al tercer problema. A pesar de que la máquina había señalado que el cambio había sido correcto, no arrancaba, daba una serie de pitidos y quedaba con una pantalla en negro que no decía que hacer. Cambio de monitor y cable de señal y unos dedos mejores que los míos consiguieron reparar la instalación de la BIOS y todo vuelve a la normalidad... relativamente. Como Fedora se había instalado de nuevo, hubo que preparar los repositorios, incluir las aplicaciones de uso común (más fácil si seguimos a xenode), inhabilitar otra vez el VGA1 inexistente pero molesto,
habilitar las teclas mágicas, conectarme a Dropbox, activar mis cuentas para poder disponer de drive en nautilus... Es decir, entre una cosa y otra, de jueves a lunes perdiendo el tiempo en todas estas cosas.
¡ESTO ES DIVERSIÓN!
martes, 10 de noviembre de 2015
La necesidad de particionar un disco antes de instalar Fedora
La última instalación que hice, además de todas estas reparaciones y rearreglos que hemos visto, supuso también un cambio de discos duros. El disco de sistema, el disco que actúa como home y uno que utilizo para naterial multimedia son los mismos, pero el disco que funcionaba como copia de seguridad interna se estaba quedando pequeño y quise cambiar por un WD Red NASware de 6TB.
Como el ordenador tiene la posibilidad de conectar 6 unidades, para ocuparlas todas conecté un Caviar Black que tenía por ahí sin usar para ver que todo funcionaba correctamente si los colocábamos bien, es decir, la grabadora de última. En la instalación anaconda me mostró que antes de instalar, hay que formatear los discos. La instalación me permitió introducir todos los discos pero al decidir para que usaremos cada uno no me enseñaba el nuevo de 6TB. En resumen
sda1 /
sdb1 /home
sdc1 /home/multimedia
sdd1 /home/prueba
pero no había la posibilidad de introducir el sde1 para /home/backup por que no existía (lo bueno es que si media el espacio y decía cuantos TB quedaban sin usar).
El problema es que puse el disco directamente desde el estuche, sin formatear y no tenía partición alguna. Simplemente arranqué con un Fedora 22 live y, tras la intalación de gparted, generé una nueva partición y le di formato ext4. Luego ya pudo ser instalado como
sde1 /home/backup
Sí, es una instalación tradicional por unidades y no en volumen lógico (LVM); no estoy seguro de lo que puede pasar cuando se estropee un disco y lo que habría que hacer para recuperar el contenido. Además, no hay swap, por que no quiero poner la swap en sda, ya que es un disco sólido y quiero que dure (Intel 535 con SOLO 3 años de garantía, lo que me tiene algo escamado), y no me atrevo a ponerla en otro disco, por si retrasa el funcionamiento del sistema. Además, con 24GB de RAM no creo que sea estrictamente necesaria.
Como el ordenador tiene la posibilidad de conectar 6 unidades, para ocuparlas todas conecté un Caviar Black que tenía por ahí sin usar para ver que todo funcionaba correctamente si los colocábamos bien, es decir, la grabadora de última. En la instalación anaconda me mostró que antes de instalar, hay que formatear los discos. La instalación me permitió introducir todos los discos pero al decidir para que usaremos cada uno no me enseñaba el nuevo de 6TB. En resumen
sda1 /
sdb1 /home
sdc1 /home/multimedia
sdd1 /home/prueba
pero no había la posibilidad de introducir el sde1 para /home/backup por que no existía (lo bueno es que si media el espacio y decía cuantos TB quedaban sin usar).
El problema es que puse el disco directamente desde el estuche, sin formatear y no tenía partición alguna. Simplemente arranqué con un Fedora 22 live y, tras la intalación de gparted, generé una nueva partición y le di formato ext4. Luego ya pudo ser instalado como
sde1 /home/backup
Sí, es una instalación tradicional por unidades y no en volumen lógico (LVM); no estoy seguro de lo que puede pasar cuando se estropee un disco y lo que habría que hacer para recuperar el contenido. Además, no hay swap, por que no quiero poner la swap en sda, ya que es un disco sólido y quiero que dure (Intel 535 con SOLO 3 años de garantía, lo que me tiene algo escamado), y no me atrevo a ponerla en otro disco, por si retrasa el funcionamiento del sistema. Además, con 24GB de RAM no creo que sea estrictamente necesaria.
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miércoles, 5 de febrero de 2014
Multimedia y los requerimientos del almacenaje
El problema en el almacenaje nace de la moda y facilidad de extraer fotos y vídeos.
Hasta el año 2000, aproximadamente, mi trabajo se basaba en texto, y
ocupaba poco. Sin embargo, con las cámaras digitales "disparamos" muchas
más fotos y sacamos vídeos; no solo familiares, si no que
también en el trabajo. Ese acúmulo supone que un artículo, que antes
ocupaba 200kb (las fotos estaban "almacenadas" en negativos) ahora suponen 5 o 6 MB
de texto, 10 o 12 de datos y resultados estadísticos y 5 GB de fotos y
vídeos. Las clases eran también texto, y las imágenes estaban en diapositivas. Hoy preparamos presentaciones, que incluyen fotos, sonidos y vídeos. Esta evolución a lo "multimedia" supone que el material de trabajo crece
exponencialmente. Aquí esta el problema de almacenaje.
A eso le podemos sumar otra situación; la música. Es general ya no se utilizan los CDs para nada (en mi caso solo para ripearlos). La música se escucha en aparatos mucho más pequeños que los 12cm del CD. Eso ha supuesto que la música se almacena, al menos en mi caso, en un directorio donde se va extrayendo cuando se quiere oír, generalmente en una compresión sin pérdida FLAC, y a veces una segunda versión comprimida con pérdida MP3, ya que hay dispositivos que no leen FLAC (como dato que confirma esta afirmación, estoy escuchando a Corelli mientras escribo, pero no desde el disco original, si no que desde un FLAC extraído hasta un disco dedicado solo a eso). Para curiosos, en el ordenador uso el terminal:
mplayer *.flac
El resultado de esta moda multimedia es la necesidad de tener centenares de GBs, o incluso varios TB en el ordenador principal y discos más grandes externos para hacer copias de seguridad. Terminaremos con ordenadores así en nuestra casa
Y esto ¿por qué?
He tenido problemas por la inclusión de un quinto disco en mi ordenador, debido a la necesidad de espacio. Pero esto será una nueva historia ... quiero decir entrada.
PD. Ahora mismo he cambiado a Tomás Luis de Victoria (recomendado; corales maravillosas).
A eso le podemos sumar otra situación; la música. Es general ya no se utilizan los CDs para nada (en mi caso solo para ripearlos). La música se escucha en aparatos mucho más pequeños que los 12cm del CD. Eso ha supuesto que la música se almacena, al menos en mi caso, en un directorio donde se va extrayendo cuando se quiere oír, generalmente en una compresión sin pérdida FLAC, y a veces una segunda versión comprimida con pérdida MP3, ya que hay dispositivos que no leen FLAC (como dato que confirma esta afirmación, estoy escuchando a Corelli mientras escribo, pero no desde el disco original, si no que desde un FLAC extraído hasta un disco dedicado solo a eso). Para curiosos, en el ordenador uso el terminal:
mplayer *.flac
El resultado de esta moda multimedia es la necesidad de tener centenares de GBs, o incluso varios TB en el ordenador principal y discos más grandes externos para hacer copias de seguridad. Terminaremos con ordenadores así en nuestra casa
Y esto ¿por qué?
He tenido problemas por la inclusión de un quinto disco en mi ordenador, debido a la necesidad de espacio. Pero esto será una nueva historia ... quiero decir entrada.
PD. Ahora mismo he cambiado a Tomás Luis de Victoria (recomendado; corales maravillosas).
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