lunes, 29 de enero de 2018

Como evitar el rastreo continuo del sistema por parte del mismo sistema

Uno de los problemas que he tenido cada vez que instalo Fedora desde la versión 26 (ver aquí) es el rastreo continuo de los ficheros del sistema por parte de gnome-documents. Recién instalado como explicamos en la entrada anterior, comenzó un zumbido constante de los discos duros y un retraso de varios segundos después de cada comando ejecutado. Al lanzar un top se veía un consumo elevado (como de costumbre, no he realizado una captura de ventana). He revisado muchas veces como bloquear este consumo tan elevado de recursos en el ordenador, y he visto muchos comandos complejos, pero la forma más sencilla es la indicada en Comentario 6 en esta página de revisión de errores:
"Temporary I disabled Documents search documents in:

Settings > Search > Documents"

y listo. A la primera, por lo menos a mi.



jueves, 25 de enero de 2018

Instalación limpia de Fedora 27 y la obligación de tener /boot/efi

Estas últimas semanas me he enfrentado a dos problemas en mis ordenadores de uso habitual. Uno no tiene una solución fácil; simplemente presenta una incompatibilidad de wayland con la tarjeta gráfica nvidia y/o sus drivers; esta situación me obliga a estar usando gnome clásico (X11), para evitar cierres bruscos del sistema gráfico. Es una solución temporal hasta que nouveau presentre una solución o yo cambie de tarjeta.
El segundo problema era algo más difícil de resolver. Llevo actualizando en mi ordenador principal a través de yum y dnf el sistema, Fedora, ya no me acuerdo desde cuando. Eso ha ido generando un acúmulo de errores de configuración, eliminaciones en las actualizaciones de paquetes por problemas de dependencias y acúmulo de librerías de diferentes escritorios que se traducían en conflictos entre las aplicaciones y cuelgues de nautilus y otros navegadores de ficheros. El control de esta situación me obligaba al control desde top de las aplicaciones, uso de killall casi cada pocos minutos, mucho terminal para evitar en lo posible las acciones gráficas, etc...
La situación pedía una instalación limpia, pero el problema es que Fedora 27 exige la presencia de un /boot/efi en el sistema, aunque cuando el ordenador esté en legacy en la BIOS. Hace unas dos semanas hice el primer intento, pero anaconda (aplicación de instalación de las imágenes de Fedora) no daba por buenas las particiones generadas a través de Blivet-GUI (la manera de manejo de discos y particiones en la instalación de Fedora); la primera vez no reconocía una partición inicial de 1GB como adecuada para /boot/efi; en el segundo intento decidió que 6GB eran pocos para la partición swap. Es decir, nunca podía empezar la instalación. Como soluciones estaban, la primera, la preparación del disco en otro equipo o a través de una versión live en DVD o USB. Esto presenta el inconveniente de que si salía mal estaba sin sistema hasta que encontrara la forma de arreglarlo (o que lo arreglara mi amigo hckorootx, que se había ofrecido a hacerlo).
La segunda solución, mucho más sencilla, era poner un disco nuevo, desconectar los magnéticos, instalar de manera automática por Fedora el sistema en el sólido, y luego manipular mediante Blivet-GUI las particiones, destruyendo home y estirando la partición raíz /, sin tocar /boot/efi ni /boot. Esta idea se aceleró con un correo de Amazon con una oferta temporal del disco SanDisk SDSSDA-240G por 69€ (unos 30E menos del precio habitual en esos momentos). Esta segunda idea tenía varias ventajas:
- Si todo falla, volvemos al disco de antes y el sistema sigue; 30 minutos perdidos.
- Disco nuevo, cuatro veces más grande, lo que no es muy importante, pero me permite meter una swap grande (Fedora pide un porcentaje de swap, que en mi caso es casi de 12GB, el 50% de la RAM).
- Abrimos el ordenador y le pasamos la aspiradora (como veremos después).
Después de esta introducción nos ponemos manos a la obra y comenzamos:

1. Desconectar los discos magnéticos


2. Anclar temporalmente el Sandisk en la conexión SATA del disco Intel anterior (con tanto cable no se ve)


3. Instalación directa de Fedora 27 Live desde un USB, curiosamente SanDisk también



4. El resultado en el disco es el siguiente


Como vemos ha generado una partición Sistema EFI de 200MB (/boot/efi), otra de 1GB para /boot y una unidad lógica con el resto del disco, con tres volumenes (50GB para /, 11,8 para swap y 160 GB para /home). La razón de evitar instalar de esa manera automática con los discos magnéticos es que anaconda los tomaría todos como parte de la unidad lógica, perdiendo seguramente el contenido e impidiendo el uso individual de cada disco.

5. Segunda instalación con los 5 discos y eliminación por Blivet-GUI del volumen lógico.


Aquí viene un problema que he encontrado. La unidad lógica no se pudo desactivar por que alguno de sus sectores estaba activo. Supongo que era la swap, que se activa siempre al encender un dispositivo que la contenga, y eso hizo imposible eliminar la unidad lógica. La solución fue conectar el disco antiguo y recurrir a gparted


y manipular como administrador el dispositivo como si fuera un disco externo. Simplemente se destruyó la unidad lógica, se añadió una partición ext4 de 195GB para / y el resto, alrededor de 27GB para swap. Listo.


6. Instalación con todos los discos, indicando a cada partición lo que es.


7. Mejorar la instalación. Lo de siempre; añadir repositorios, instalación de aplicaciones y paquetes necesarios, abrir las teclas mágicas y aumentar el número de ficheros manejados por el sistema para que no se bloquee Dropbox, etc; todo como ya hemos indicado muchas veces.

8. Cambiar las fijaciones entre discos sólidos y poner el nuevo a trabajar y el otro a la jubilación (habrá que encontrarle dedicación en algún portátil).


LISTO. Ya ha vuelto a ser un ordenador estable y con lo necesario.

PD. Y para terminar, pasarle la aspiradora. Dos fotos que indican como estaba por dentro.


PPDD. Sí, las fotos están algo oscuras. Era de noche; por el día hay que trabajar. La juega queda siempre para la noche

miércoles, 10 de enero de 2018

Toners de cortesía y su duración

El que haya leído alguna de mis entradas sobre las impresoras sabrá lo que opino de las impresoras de tinta y su coste. Como resultado de los problemas que generan hace unos meses decidí pasarme a una herramienta básica, barata, de poco mantenimiento y que cubra mis necesidades reales en casa; en resumen, una impresora láser monocromo multifunción sin conexión alguna. Para ser exactos, una Samsung Xpress SL-M2070.


Imprime, copia y escanea, suficiente para mi, y los que tenemos cierta edad sabemos el coste que suponía en otros tiempos tener una impresora con esas características.
Ahora hablemos de los inconvenientes.
El primero que descubrí es que como no presenta ningún tipo de comunicación, salvo el puerto USB, soy incapaz de lograr que el resto de los ordenadores de casa puedan imprimir en ella. La "culpa" es que al estar en mi ordenador, con Fedora y su cortafuegos, no hay manera de que los ordenadores con Windows lleguen a comunicarse. Probablemente el error es mío por no configurar adecuadamente la compartición de la impresora. Todo se soluciona con PDFs preformateados y compartidos por Dropbox.
El segundo es su lentitud al escanear. Como es natural, no existe lo rápido, bonito y barato, así que acepto que lo lógico es que sea lenta (solo al escanear), bonita y barata. Colateralmente, y por la misma razón, el tercer problema es que no escanea en dos caras, pero eso lo sabía antes de comprarla.
Hoy he descubierto el cuarto problema, el tóner de cortesía que trae. Ya está pidiendo sustitución. He mirado las especificaciones, y es —teóricamente— para 500 páginas. Según la administración de impresión —se llega en el navegador poniendo la url del ordenador dentro de la red local y el puerto de la impresora http://193.168.x.x:631— solo ha imprimido 89 páginas. Como consumibles disponibles hay los MLT-D111S —1000 páginas— y MLT-D111L —1800 páginas—; ambos me parecen pequeños y durarán relativamente poco. Como se puede ver se imprime poco (89 páginas en 4 meses), pero los tóners de cortesia tiene muy poca cortesía.