miércoles, 30 de octubre de 2019

Actualización a Fedora 31 por comandos. Esta vez sí

Esta vez, al contrario que cuando lo intenté para hacer el salto Fedora 29 a 30, todo ha ido como la seda. Los mismos comandos de siempre:

su - # Terminal  en administrador para evitar teclear demasiado

dnf upgrade --refresh # Actualización del sistema (reboot, por que cambió kernel...)

dnf install dnf-plugin-system-upgrade # Plugin de actualización

dnf system-upgrade download --releasever=31 # Inicia la actualización y baja el software

dnf system-upgrade reboot # Reinicia y actualiza todo

Dos ordenadores; el primero alrededor de 2890 paquetes, 4,4GB, bajo los paquetes en 7 minutos (11MB/s, aproximadamente) y el segundo más de 2900 paquetes, 4,3 GB en 3 minutos y 20 segundos (23MB/s). Luego el primero tardó un total de 30 minutos en terminar toda la actualización. El segundo, a sabiendas de que iba a tardar más, por que es más viejo y lento, lo dejé con los comandos enlazados (&& si y solo si ha terminado bien el primero, ejecuta el segundo)

dnf system-upgrade download --releasever=31 && dnf system-upgrade reboot

y lo deje a su aire, con lo que no medí el tiempo. Los dos arrancan bien y el único defecto son algunas extensiones de gnome


y que no hay manera de ver el icono de Dropbox en el panel superior.

Solo me falta el portátil. Si hay alguna variación, actualizaré la entrada.

Ventajas: rápido, fácil, software instalado, no hay que modificar configuraciones...
Inconveniente: con lo que nos divierte instalar desde cero, particionar discos, faltarle al respeto a los programadores...
Sin un solo fallo. Casi vale la pena aplicar la actualización grafica para dummies en la aplicación software.

[ACTUALIZACIÓN:] El portátil igual de bien

sábado, 26 de octubre de 2019

Logitech G413. ¡Arriba los teclados mecánicos y olvidemos las membranas plásticas!

Pues así es. En mi ordenador personal había ido probando diferentes teclados hasta encontrar uno que me gustase. La razón fundamental siempre ha sido el tamaño, ya que no me gustan los teclados grandes ni que tengan apoyo de muñeca. El que he usado los último años —muchos, por cierto— en mi ordenador personal de casa era un Logitech K120, barato y pequeño. Al principio funcionaba adecuadamente, pero con el paso del tiempo me fueron fallando teclas al escribir. Al principio me faltaba sobre todo la e, luego el espacio, y últimamente la s y la a. La verdad es que lo fui soportando por que en el ordenador de casa escribo poco y hago más trabajo de edición multimedia; nunca han sido todas y de manera continua. Simplemente, si pulsas de manera un poco más débil, no aparecían. Sin embargo, este último mes he estado escribiendo más de lo habitual, y he tenido que revisar todos los textos por falta de caracteres. Harto de tanto tiempo perdido he estado pensando en que teclado comprar. Siempre he pensado que el culpable era la membrana de plástico que ha sustituido a los muelles, y recordaba con nostalgia los teclados mecánicos que usábamos antes, en el siglo pasado. Así que he buscado un teclado pequeño y mecánico, y sí, aunque lo dudaba, existen algunos modelos que cumplen esas características. Entre los pocos que encontré, analizando las opiniones dadas por sus usuarios, el tamaño de los modelos y otras razones, como el gusto personal, me he comprado un Logitech G413. No es ni el más caro, ni el más barato, pero es del tamaño que quiero y el que más me gusta.


Como se puede ver, es algo más pequeño que el K120. La razón fundamental para su adquisición es el mecanismo de marcado de las teclas, que Logitech llama Romer-G táctil. Foto publicitaria para verlo.


Y además, como es un teclado para gamers, sean quien sean esos seres, trae una novedad poco habitual, un juego de teclas de reserva —q w e r a s d 1 2 3 4 5— y un extractor; creo que aunque se han añadido para los gamers, supongo que también sirven para los simples mortales.
Tiene una superficie sobre la que se asientan las teclas de aluminio-magnesio pulido que le da un cierto peso, más de un quilo, que lo hace mucho más estable que los que he utilizado habitualmente. Las teclas están iluminadas, y creo que los del lado oscuro —Windows—, con la aplicación G HUB pueden controlarlas y hacerlas variar. Para mi en Linux hasta ahora solo han sido rojas, pero lucen bien y permiten escribir en oscuridad —yo, autodidacta en muchas cosas, nunca he sabido la distribución del teclado y solo uso dos dedos, así que necesito mirar con frecuencia—. Lo he estrenado con esta entrada y no me ha faltado ninguna letra; de hecho, me han sobrado algunas, por que las teclas son más altas que las del teclado anterior y estoy en período de aprendizaje.
Exijamos a las compañías de periféricos que ofrezcan más modelos mecánicos. ¡Arriba los muelles! ¡Abajo las membranas!

[ACTUALIZADO]: He recibido con un cierto retraso el ratón que había pedido junto al teclado, un G203. Ahora me dicen en casa que he montado una discoteca en mi estudio



martes, 15 de octubre de 2019

Otro poco de recorte de PDF

Antes de las vacaciones habíamos hablado de como obtener una copia digital de un manual de papel para evitar su deterioro (véase aquí). Hoy vamos a hacer una variación de esta técnica. Hemos vuelto de un congreso donde nos ha facilitado un libro de actas en papel —grapado, por cierto, no cosido—, y sin copia digital. Para justificar nuestra presencia, además de presentar las facturas y certificado de asistencia, siempre es interesante guardar una copia digital de los resúmenes de tus conferencias, que quedan como justificación para el futuro. Sin pensarlo mucho, escaneé directamente desde el libro, doblando como pude, y el resultado fue un fichero PDF A4 con un texto interior B5. En la otra entrada habíamos manejado con convert imágenes jpg, pero la aplicación de convert sobre un PDF puede generar una pérdida de calidad si no manejamos correctamente los argumentos, aparte de lo difícil que es cortar por el lado izquierdo, derecho y abajo. En general, lo podría realizar con pdf-shuffler, aplicación que llevo utilizando desde hace años para el manejo de los pdfs en linux. Sin embargo, pdfshuffler es una aplicación antigua python-gtk que hace de interfaz gráfica de python-pyPdf y depende de python 2; es más, no tiene mantenimiento desde hace bastante tiempo. En Fedora 30 se está haciendo una transición a python 3 y la librería python2-PyPDF2 no permite importar pyPDF2 como solicita shuffler (podemos ver aquí los errores). En resumen, pdf-shuffler no arranca:


Lo más sencillo es utilizar pdfarranger,


pero en esos momentos recordaba que en Fedora 29 pdfarranger no estaba en los repositorios habituales y había que incorporar un repositorio personal o COPR. Desde los últimos tiempos en que aun utilizaba Ubuntu, tengo muy malos recuerdos de los ppa, así que decidí buscar alternativas de terminal, a ver que había. En esta página describen, entre otras aplicaciones, pdfcrop. En Fedora requiere la instalación de texlive-pdfcrop:

su -c 'dnf install texlive-pdfcrop'

y luego ejecutar utilizando el argumento margins (--margins " " (0 0 0 0) para aumentar o disminuir los márgenes —si solo se una un número afecta a todos ellos—). En este caso el comando fue:

pdfcrop --margins '-145 -0 -110 -330' input.pdf output.pdf

Para comprender lo que cortamos, el pdf era de 826x1160 a 100 ppp, es decir, un A4 escaneado a calidad no muy alta, y nos aproximábamos a un B5.

Después descubrí que en Fedora 30 ya está pdfarranger en los repositorios, y además recomiendan no usar pdf-shuffler, ya que pdfarranger es una versión actualizada del otro, optimizada a python 3.

¿Qué hacer? Más fácil es usar pdfarranger; más rápido pdfcrop. Eso sí, pdfarranger permite hacer más cosas que recortar. Para los que estemos acostumbrados a shuffler, acudir a arranger, que es más o menos igual, salvo que tengáis prisa y solo queráis recortar o aumentar los márgenes.