A pesar de que era un hombre feliz con mi LG G8S Thinq, este móvil no va a actualizarse por encima del Android 12 y ciertas apps ya no funcionan o no pueden ser instaladas en él. Es decir, lo he cambiado. Mi intención era esperar al Pixel 8 PRO, pero las noticias del precio exagerado que este móvil va a tener me llevaron a pensar en pedir un Pixel 7 PRO. Además de esa segunda razón económica para cambiar, hubo una tercera; hace unos días Google, por el 25 aniversario de lo que fuera, lanzaron una oferta con un 20% de descuento de sus productos. No pude resistirme. Tengo un Pixel 7 PRO. ¿Por qué no otro teléfono? Por las siguientes razones:
- No quiero un teléfono chino, por razones de software. Quedan solo, desaparecido LG, Sony, Asus, Pixel y Samsung.
- Quería mantener un nivel de fotografía similar al LG G8, que fue de los primeros en tener 4 cámaras con normal, gran angular, teleobjetivo y frontal. Eso descarta el Zenphone (solo 2 cámaras traseras). Quedan solo Sony, Samsung y Pixel.
- Sony se va de precio
- Los teléfonos de Samsung de clase media, como A54, no llegan al nivel que tenía yo con el LG, lo que me llevaría a un S23 o 24, que se van de precio. Además, no me acostumbro al software de Samsung; prefiero algo más simple, minimalista.
Solo queda el Pixel. Es lo que hay, pura manía. Volvemos a los principios; el primer teléfono móvil que aprecié (después del Nokia 3310) fue el Nexus 4, de Google, que realmente era un LG G1. A ese teléfono magnífico siguieron muchos años de LG (G3,G4 y G8) y ahora volvemos a Google. Que dure al menos 4 años.
