lunes, 20 de junio de 2011

Como siempre, Windows falló

He estado la semana pasada en Croacia, en una reunión del Colegio Europeo de mi especialidad. Una de las personas que de mi Unidad tenía que exponer una conferencia con vídeos y material multimedia. Como tengo una cierta tendencia a la desconfianza, había preparado, además del original en PowerPoint 2003 (no era trabajo mío), una versión en pptx, otra en ods para IMPRESS y un fichero PDF sin vídeos por si todo fallaba. Además, llevaba 4 copias de todo en 4 lápices USB localizados en 4 sitios distintos del equipaje y bolsillos y también una copia completa en Dropbox. Para finalizar, llevaba el portatil Toshiba con una copia de la presentación en Windows 7, en Ubuntu 10.10 y en Debian 6. Antes de la exposición estuve preparando el portatil, ya que no había ordenador por parte del colegio; Windows 7 (como decía, la persona que lo tenía que exponer es de los de MS) obligó a un reinicio para terminar la instalación (¿de qué?); es decir, se había actualizado sin previo aviso, con lo que cuando tenía que empezar la presentación, ¡Windows se negó a arrancar! En ese momento crucial, con las personas esperando, lo único que se pudo hacer fue apagar forzadamente y empezar el arranque de lo más seguro, así que escogí el arranque de Debian, con lo que la gente empezó a murmurar, ya que Debian muestra toda la carga de los paquetes. Luego todo fue como la seda. Por supuesto, se podría decir que la culpa es mía por no tener configurado adecuadamente las actualizaciones de Windows, pero yo ya no lo uso. También debería pensar que cuando algo puede salir mal, saldrá mal, sobre todo en informática. Por suerte, para momentos como este tenemos Linux.

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