martes, 23 de febrero de 2010

Yo bajo, tú bajas, él baja...

Revisando The Inquirer, leo en esta noticia lo siguiente: "La Asociación comercial de software y contenidos digitales estadounidense (SIAA) ha organizado un programa de recompensas de hasta un millón de dólares para quien delate a empresas o particulares que utilicen software pirateado...". Si además se puede hacer de manera oculta para el acusado, ya solo falta que la pena sea morir en la hoguera para que estemos de nuevo aplicando modelos antiguos inquisitoriales. Supongo que en el caso de que no confiese directamente, se les podrá torturar para que firmen con los muñones que habían bajado el último disco de Alejandro Sanz y Agora. Sin embargo, yo tengo otra opinión sobre la ilegalidad del intercambio, pero está mejor desarrollada de lo que pueda hacer yo en este artículo muy interesante al que he llegado desde el blog de Enrique Dans. Para resumir, dice lo que mucha gente cree en este país; al menos los tres millones de usuarios que realizan descargas; uno, descargar por intercambio puede ser ilegal, pero no por ello tiene que ser algo malo o amoral; segundo, la sociedad sale ganando con el intercambio del material digital, haciéndolo accesible a mucha gente; tres, las compañías, si entienden la situación, pueden seguir ganando dinero. Finalmente, ¿es lógico que sea ilegal algo que no puedes impedir y que además la mayor parte de la población no considera ni malo, ni inmoral, ni dañino? Supongo que los aguadores estaban en contra del agua corriente, pero no se declararon ilegales las tuberías solo para permitir que el gremio de los aguadores siguiera trabajando como tales. Los trabajos y las profesiones se transforman y desaparecen, como las especies, solo que mucho más rápido.

Para tomarlo con mejor humor, me voy a permitir pone la imagen que he descubierto a través de Chistes Geek y Alt1040. Me he reído sin parar, aunque es un reproducción exacta de la realidad.

 

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