jueves, 15 de octubre de 2015

Y cuando las fregonas controlaron el mundo...

Las fregonas... ¿Por qué?
Por que he tardado una semana en reparar mi ordenador después de que una fregona libertaria —o libertina, según se mire— golpeara la regleta de alimentación del SAI del ordenador de trabajo, que nadie se diera cuenta del estruendo de alarma —era medio día, todo el mundo comiendo— y se apagara de mala manera el dispositivo. Resultado final, un arranque con errores:



Como podemos ver en la segunda imagen, el problema de arranque se debe a una inconsistencia en uno de los discos. Erróneamente, culpé al disco de arranque, un WD Raptor de 10.000 rpm, que ya está muy baqueteado, con más de 8 años de uso, y con un sector erróneo por otro apagado sorpresa. Empecé la reparación sustituyendo el primer disco por un sólido, pero me aparecía el mismo error tras la instalación del sistema. Eso me obligó a reconsiderar que el error estaba en el segundo disco, un WD Caviar Green de 1TB, que actúa como /home y que solo tiene 6 años de uso. La prueba smart indicó que no había errores físicos, pero no había tabla de partición. En resumen, todos los datos y configuraciones perdidos.
Instalación nueva, reutilizando los discos originales, con Fedora 23Beta (30 minutos) y recuperación de /home desde una copia de seguridad (varias horas). En resumen, entre unas cosas y otras 3 días seguidos trabajando a medias con un portátil. Peor aun, la copia de seguridad, aunque contiene todo, tiene la estructura del ordenador de casa, no la del trabajo, con lo que hay que cambiar la estrategia mental de localizar las cosas.
Una pérdida lamentable de tiempo, aunque sin coste económico, y unas entradas de retraso por una fregona.

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